Maxi
Luchini - Entrevista ilustrada
Ni duendes, ni elfos, ni gatos, ni monstruos. Maximiliano Luchini
ha creado criaturas que pueblan páginas en internet,
tiras en revistas europeas e invaden los relojes-fetiches (esos
Swatch que todos piden por estos días) sin pudor, como
si ningún territorio les fuera ajeno, como si la malla,
el papel, la pantalla o la tela sirvieran para lo mismo. Exhibir
esos cuerpitos glotones, un poco rechonchos pero tan adorables
como un oso de peluche o un Gremlin (de los inofensivos). Con
ustedes, el autor de estos seres, dibujante, comiquero, hacedor
de hermosos relojes, argentino de nacimiento y catalán
por elección.
Anochece en el Born barcelonés. Maxi sale de su casa,
se asoma a la librería, pide unas tapas en un nuevo
bar, recorre la Rambla, de vuelta y ya inspirado, se zambulle
en el tablero, para darle vida a sus personajes. Sin embargo,
su historia no empieza en el viejo continente, allí
solo encuentra más lugares donde ilustrar. Antes buscó
sus musas por los bares de Buenos Aires y paseó sus
resultados por cuanta redacción pudo. No dejó
de lado las posibilidades que da tener un público infantil
(ellos sí deben entender) y llenó de color colecciones
para niños.
¿CUÁNTO DE EDUCACIÓN FORMAL TIENE TU
CARRERA?
Cursé el secundario y bachillerato de Bellas Artes,
luego intenté con la universidad pero no pude resistir
mucho tiempo, así que a los dos años abandoné
convencido de que mi formación sería autodidacta.
Tuve muchos maestros, muchos no estaban en la universidad,
y otros que ni siquiera conocí personalmente. Mi motivación
más fuerte para dedicar-me a esto la tuve en el intercambio
que se daba con mis compañeros. Nos íbamos pasando
la data, ya sea sobre revistas de comics o de autores que
íbamos descubriendo, y así nos enterábamos
de todo lo que pasaba.
¿CÓMO TERMINASTE EN EUROPA?
Decidí venirme en 1998, después de dudar entre
mudarme a una casa más grande en Buenos Aires o irme
a Barcelona, donde un año atrás lo había
pasado muy bien, y me había enamorado por completo
de la ciudad y sus bares. Finalmente, y luego de varias charlas,
hice las valijas y cambié por el Raval.
DE TUS TRABAJOS INTERNACIONALES ¿CUÁLES DESTACAS?
Una de las cosas que más me gustó hacer fue
diseñar para Swatch, en Milán. Además,
la historia de cómo me contacté con la empresa
fue muy romántica: Había tenido una discusión
con mi pareja, y para solucionar las cosas, pinté con
mis dibujos una cajita de madera. Tiempo después, un
amigo que pasaba por casa la vio y me encargó una para
regalar a un amigo en su cumpleaños. Éste quedó
alucinado con la cajita y ¡oh, casualidad! trabajaba
en Swatch. En seguida me sugirió como ilus-trador,
mandé algunos dibujos y luego de un proceso que incluyó
hacer y rehacer varios bocetos, eligieron mi propuesta de
reloj. Al año siguiente llegaría otro encargo,
y al que siguió, otro más. Nunca más
volví a sacar tanto provecho de una discusión
de pareja. Además, mis dibujos fueron incluidos en
el libro biblia del comic, Comix 2000, que se
editó en Francia. También diseñé
unas tazas para Ritzenhoff en Alemania, quienes me invitaron
a participar junto a otros artistas europeos en un evento
en la ciudad de Munster, Alemania. Allí tenía
que diseñar algo sobre un paraguas de ¡9 metros
de diámetro! La idea era hacer una insta-lación
con los paraguas gigantes distribuidos por toda la ciudad.
En internet colaboré con Pictoplasma, un sitio que
tiene material de ilustradores de todo el mundo, y que se
caracterizan por hacer dibujos tipo íconos, muy gráficos.
El año pasado editaron un librazo que incluía
trabajos de todos los dibujantes.
¿QUÉ ESTÁS HACIENDO ACTUALMENTE, Y QUÉ
ES LO QUE SE VIENE?
En este momento estoy trabajando junto con el diseñador
Julian Mom en una serie animaciones en flash. Además,
estoy preparando dos libros in-fantiles y una exposición
en Barcelona para Julio, llena de dibujos. Tam-bién
publico el comic Alicia en la revista Tretze Vents de Barcelona,
para cuya editorial ilustro además una colección
de libros infantiles llamada Els Bum Bum. En Madrid colaboro
en Planeta Humano y otras revistas. En cuanto a proyectos,
quiero involucrarme más con la animación en
flash, plataforma con la que hice dos animaciones para el
programa Flash MTV y para la web, www.mtvla.com. Considero
que el flash es un medio a explotar a mitad de camino entre
el comic y la película de animación. El programa
está al alcance de todos y no es tan difícil
de manejar, por lo que en este momento sus posibilidades son
ilimitadas. Además, el hecho de estar en internet facilita
que más gente vea tu trabajo.
SI TUVIESES QUE DEFINIRTE DENTRO DE UNA RAMA DEL ARTE, ¿LO
HARÍAS COMO ARTISTA PLÁSTICO, ILUSTRADOR O COMIQUERO?
Eso es algo que nunca pude (ni quise) hacer. Pero si tuviera
que hacerlo, me definiría como dibujante, ya que es
a partir del dibujo que salen mis ideas. Mi forma de trabajo
es la siguiente: algo que anda dando vueltas por la cabeza
sale primero dibujado, y luego elijo el medio que mejor sostiene
esa idea, ya sea comic, animación, un cuadro o un objeto.
Después están los encargos que suelen ser ilustraciones
para revistas. En ese caso el método cambia y es a
partir del texto establecido de donde salen las ideas, y las
prisas. Fundamentalmente trato de pasarla bien con el trabajo.
Es la mejor forma para que lo disfruten los demás,
no sufrir trabajando, con el tiempo aprendí a no desesperar.
Si estoy en crisis y no sale nada, hay que dejarlo sin cargo
de conciencia, y retomar con otro aire. En los casos en que
nada surge, me ayuda mucho estar en Barce-lona, tengo mi taller
en el Raval y estoy cerca de todo, paseo por librerías
o por alguna exposición, tomo un café con algún
amigo, y vuelvo con otros ánimos para retomar el trabajo.
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